Imagen de candelero para vestir, de 168 cm de altura, con la cabeza, cuello y manos tallados y policromados. Los ojos son de cristal soplado y policromados por la cara externa. El pelo, superpuesto, está realizado con fibras vegetales encoladas, estucadas y policromadas. Sus cultos se celebran la última semana de Cuaresma
Durante muchos años y por diversos autores, fue atribuida a Juan Martínez Montañés, aunque posteriormente y debido a la similitud con otras imágenes suyas documentadas, es imagen atribuida a Juan de Mesa, entre los años 1618 y 1627. En 2006, los técnicos del IAPH corroboraron esta última atribución y dataron las manos en el siglo XVIII.
Ha sufrido varias intervenciones, pudiendo destacar por recientes, la de 1909 por causa de un incendio, restauración encomendada al “insigne escultor Joaquín Bilbao y al estudioso José Ordóñez”, siendo policromada, muy probablemente, por el pintor Gonzalo Bilbao, En 1980 es restaurada por José Rivera García, con la supervisión Enrique Pérez Comendador.
En la de 2006 en el IAPH, consistente en la limpieza superficial de la policromía de las partes talladas, afianzamiento de la unión de cuello y busto y de los brazos y cambio de candelero por uno de madera, restauración debida a Cinta Rubio Fauré y técnicos del Instituto, entre 1 de mayo y el 6 de noviembre de 2006.
El 1 de noviembre de 2002, festividad de Todos Los Santos, fue Coronada Canónicamente por Monseñor Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo de Sevilla.
Al igual que las imágenes de los Cristos, la Virgen del Valle permaneció oculta de mayo a septiembre de 1931 en casa de los hermanos Sres.López Pitard en calle Bombay, Consulado de Uruguay, y de julio a septiembre de 1936, en una entreplanta de la calle Jimios 10 y 12, entre las casas de D. Segismundo López de Rueda y D. Luis Piazza de la Paz.